Actualidad Contable 176 - Nov. 2021

Conferencia Coloquio I - XXI Congreso Internacional AECA - Toledo, septiembre, 2021
“LA TRANSFERENCIA DE CONOCIMIENTO: UNIVERSIDAD-EMPRESA-SOCIEDAD”
Salustiano Mato y Guillermo Cisneros. CRUE Universidades Españolas

Documento de Salustiano Mato (anterior Rector de la Universidad de Vigo), presentado por Guillermo Cisneros (Rector de la Universidad Politécnica de Madrid) en representación de CRUE Universidades Españolas, en la Conferencia Coloquio I del XXI Congreso Internacional AECA, celebrado en Toledo, en septiembre de 2021. El artículo está basado en el capítulo del Documento “Universidades 2030” de CRUE, realizado por Salustiano Mato, Guillermo Cisneros, Alejandro Díaz (anterior Rector de la Universidad Politécnica de Cartagena) y Vicente Atxa (Rector de la Universidad de Mondragón.

La apuesta decidida por la trasferencia de conocimiento la debemos encontrar en los métodos que promueven el enriquecimiento y el reconocimiento del SUE, ampliando tal reconocimiento al de la transferencia de conocimiento en todos los ámbitos del saber, y con el mismo valor que se le da a la investigación fundamental, de forma que alcancemos un aprovechamiento del talento generado en las universidades, de forma más global y completa.

Esta conclusión fue compartida en el seno de la CRUE, dando lugar a la elaboración de un informe: Transferencia de Conocimiento: Nuevo modelo para su prestigio e impulso[i] En este informe se ha plateado un nuevo modelo para definir la transferencia de conocimiento que ha servido para sentar las bases del actual sexenio de transferencia que se propuso desde CRUE como un sistema compatible y complementario al de investigación; es decir que permiten también la promoción profesional, el reconocimiento y el prestigio de los investigadores. Con ello se busca un cambio de actitud y finalmente de cultura, que llevara a nuestros investigadores a salir de forma más activa al mundo real en busca de formas y maneras en las que su conocimiento pueda ayudar a resolver los problemas y las necesidades de la sociedad en la que se vive.

El informe fue presentado públicamente con el entonces ministro de Ciencia Investigación y Universidades simultáneamente a la presentación por parte del Ministerio de la nueva convocatoria de sexenios de investigación que incluía la modalidad de transferencia del conocimiento en diciembre de 2018.

Este nuevo marco conceptual integra a la universidad como una pieza más de la comunidad y del territorio en el que se genera el conocimiento. El hecho de asociar la universidad a la empresa y a otras estructuras de producción tecnológica resulta imperativo al tiempo que necesario. Pero la universidad también ha de implicarse en la sociedad civil. Las instituciones políticas y las administraciones públicas, responsables, a su vez, de la definición y de la regulación de los programas de I+D+i públicos han de contribuir también a que las empresas, la industria y las universidades respondan, conjuntamente, a las demandas de la comunidad social en la que se integran y a la que a su vez benefician.

El modelo propone un sistema compartido, que además de evaluar el esfuerzo de la institución para promocionar las actividades de transmisión y de transferencia de conocimiento, tomaría en consideración el factor humano, premiando los resultados y méritos individuales de los investigadores e inventores que contribuyen a la mejora en la cuantificación y cualificación de los impactos generados en el conjunto de la sociedad civil.

Esta acción de colaboración en la generación de conocimiento y en su transferencia entre la universidad y las empresas y demás actores económicos favorece el crecimiento económico y la competitividad empresarial. La transferencia del conocimiento a las Instituciones públicas y a las entidades privadas, tendría indudablemente como resultado mejores políticas públicas y mejor eficiencia y productividad del ámbito privado que repercute así en lo público. Finalmente, la transferencia efectiva del conocimiento a la ciudadanía directamente o a través de movimientos sociales y culturales conduce al progreso social. La conjunción de los tres resultados, competitividad empresarial, mejores políticas públicas y el progreso social son elementos indispensables para un desarrollo humano sostenible en un horizonte como el que define la Agenda 2030. Para  incentivar en la universidad la acción orientada a este triple objetivo se han propuesto dos sistemas de indicadores, uno que evalúa el esfuerzo de la institución para promocionar las actividades de transmisión y de transferencia de conocimiento,  y otro el Sexenio o tramo de Transferencia  que premia los resultados y méritos individuales de los investigadores e inventores que contribuyen a la mejora en la cuantificación y cualificación de los impactos generados en el conjunto de la sociedad civil.

Con el primer conjunto de indicadores para el impulso a la actividad de transferencia en la universidad, desde CRUE se ha puesto de manifiesto la necesidad de poner en marcha programas, planes e instrumentos específicos. Insistiendo en que debe verse también dentro de un ámbito internacional y que herramientas de Internacionalización como las Universidades Europeas pueden suponer un elemento potenciador de la actividad de transferencia del SUE. De hecho, la mayor parte de los consorcios aprobados o en proceso de propuesta tienen incorporada una sección específica de transferencia con una estrategia común para todo el consorcio.

El compromiso de las universidades con la transformación social está dentro de su naturaleza y se debe medir en términos de contribución al avance de una sociedad más justa, cohesionada y sostenible. Los ODS y la agenda 2030 ofrecen el marco de referencia universal, acordado por las NNUU, para poder evaluar la contribución de las universidades.

Nos enfrentamos a enormes problemas globales (por ejemplo, la pandemia COVID, la crisis de refugiados, el cambio climático global, la pobreza extrema, la desigualdad, el analfabetismo…). La universidad tiene que desempeñar un papel de liderazgo para abordar estos problemas a través de la innovación abierta y conectada con la sociedad. La Universidad tiene que dialogar con la sociedad, para tratar, desde el rigor universitario, de contribuir a resolver los principales problemas de la humanidad, y en particular, la crisis social y ambiental en que estamos viviendo. De esta forma, la investigación aplicada y la innovación crean conocimiento y lo emplean para resolver problemas concretos de nuestra sociedad, pero también permiten anticipar las áreas formativas emergentes.

Por todo ello, impulsar la transferencia del conocimiento en las universidades y centros de investigación es una asignatura pendiente en nuestro país y es imprescindible para el progreso social y debe hacerse tal y como se señala en el Informe CRUE “Universidad 2030”[ii]

Debemos ser conscientes de que la relación universidad empresa debe ser bidireccional, un flujo de doble sentido, para que estas medidas den sus frutos.

En la medida que seamos capaces de avanzar por este camino podremos en conjunto construir y funcionar como auténticos ecosistemas de innovación. Tomando como referencia la evolución sobre el concepto de “enclave tecnológico” que ha sido acuñado entre los años 2000-2005 que ofrece una noción de espacio físico (infraestructura e inversión real y material), en torno al cual en España florecieron los Parques Científicos y Tecnológicos, hacia su conversión más actual y eficiente a la noción de Comunidades de Servicios y Negocios Intensivos en Conocimiento: Knowledge-Intensive Business Services (KIBS)[iii].

Evidentemente, para acometer muchas de estas acciones de impulso y apoyo a las universidades y centros de investigación para que promuevan las actividades de transferencia del conocimiento es necesario definir los indicadores adecuados para ello. El conjunto de los indicadores que se proponen, busca promover y reconocer las acciones de Transferencia que generen empleo y bienestar; formación dual y movilidad de recursos humanos, crecimiento económico, competitividad empresarial, emprendimiento, igualdad, inclusión, sostenibilidad, cultura y divulgación y difusión científica y profesional.

CRUE Universidades Españolas anualmente elabora un informe que pone de manifiesto su actividad en cifras que permiten valorar su desempeño[iv]. Con este planteamiento en su Servicio de Estudios y Datos se están definiendo los principales indicadores que deben formar parte de este análisis y a través del Observatorio de Datos [v]

Con la tarea hecha, el Gobierno tiene todos los elementos para aplicar las políticas referidas anteriormente y establecer un plan claro y decidido de impulso de la trasferencia del conocimiento en el sistema español de ciencia y tecnología.

Desde CRUE, se plantea hacer esto como un proceso de autoevaluación y auto competencia, en el que se premie la mejora continua en el valor de estos indicadores, lo cual permitirá estimular las actividades de transferencia a través de la mejora periódica en el valor de estos primeros indicadores establecidos.

En segundo lugar, cualificar y acreditar los méritos individuales de los investigadores e investigadoras en las actividades de transferencia de conocimiento requiere una mirada distinta a la institucional, que nos permita determinar indicadores específicos. En el informe publicado por CRUE[vi]se hacía una primera aproximación a la forma de hacer esta valoración.

La convocatoria publicada en el BOE de diciembre de 2018, sobre sexenios de investigación que incluía como nueva modalidad el sexenio de transferencia define esta tercera misión basándose en el informe elaborado por CRUE. En el acuerdo del plenario de la CENAI en el que se aprobó el lanzamiento de esta convocatoria se dice textualmente: “Respecto al estudio realizado por CRUE titulado, “Transferencia del Conocimiento: Nuevo Modelo para su Prestigio e Impulso”, el Ministerio de Ciencia y Universidades ha puesto en marcha un nuevo sistema para la valoración de la Transferencia del conocimiento dentro de la convocatoria de sexenios de investigación 2018. Por lo tanto, dicho informe es la referencia adoptada por el Ministerio a la hora de concretar qué es Transferencia de Conocimiento, con qué fin se lleva a cabo y cómo se ha de valorar.

La convocatoria piloto de los sexenios de transferencia, ha sido el primer proceso de evaluación de la tercera misión de la universidad que se realiza en Europa y único en la determinación individual de esta actividad. Creemos que marcará un punto de inflexión en la actividad de nuestro sistema de ciencia y tecnología.

Esta experiencia ha sido enormemente compleja, no sólo por la cantidad ingente de trabajo en una sola convocatoria, (17.000 expedientes que supusieron el 50% del personal que cumple los requisitos para solicitarlo) sino sobre todo por la laboriosidad que supuso poner en marcha un nuevo baremo (complejo y diverso) calibrar los indicadores y adecuarlos a los 15 campos de conocimiento en los que se repartió el trabajo.

En este momento ya hay en torno unos 8000 profesores con el sexenio de transferencia reconocido, y la comunidad científica de nuestro país está esperando la consolidación de esta iniciativa que por su gran calado debería contar con una estructura equivalente a la CNEAI pero para el campo de la transferencia.

Es clave llevar a cabo una convocatoria específica para la transferencia del conocimiento, que presente de forma clara que goza de identidad propia, pero manteniendo (MUY IMPORTANTE) idénticos efectos académicos y económicos, con la idea además de identificar la valoración de transferencia de una forma claramente diferenciada a la de investigación. Este camino no se siguió en su momento, fundamentalmente por falta de tiempo y recursos, pero permitiría desarrollar plenamente las especificidades que requiere la valoración de la tercera misión que como hemos podido comprobar, son muy diferentes a las del sexenio de investigación.

El alcance del modelo de Transferencia del Conocimiento propuesto, no ha de interpretarse exclusivamente como una mera trivialización de las funciones ligadas a la transmisión del conocimiento, ni tampoco con temor o recelo, al contemplar actividades ligadas a la proyección social de la universidad como resultados directos del conocimiento generado por estas instituciones en su entorno social. Estamos ampliando y sobre todo actualizando el concepto de transferencia llevándolo más hacia el campo del intercambio de conocimiento eficiente multidireccional y multidisciplinar para alcanzar más plenamente el objetivo de ser auténticamente una sociedad del conocimiento.

En efecto, la propuesta se apoya en una visión amplia del concepto de transferencia del conocimiento universitario, distinta a la de su acepción más contemporánea y por ende, tecnológica. El propósito es el de proponer un modelo de transferencia que sí recoja la influencia, el alcance y el impacto de algunas actividades que tienen su origen en el conocimiento universitario y que no necesaria y exclusivamente responden a la naturaleza tecnológica o mercantil de la transferencia de conocimiento universitario. Así, se ha considerado, en todo momento, la transferencia del conocimiento tanto en su vertiente tecnológica, como en sus relaciones de impacto con otros agentes y comunidades.

Dicho esto, resulta prioritario a la vez que necesario, reforzar el marco de esta medición. Para ello conviene intensificar las labores didácticas en la difusión del enfoque que se presenta, y para que los indicadores que en él se incluyen se acepten, se consensuen y se compartan por la mayoría de los agentes y entidades que participan en los referidos procesos en el seno de las universidades españolas.

Así como la puesta en marcha del sexenio de investigación, fue un estímulo a la comunidad científica, que supuso un salto cualitativo y cuantitativo para la producción científica de nuestro país consiguiéndose alcanzar cotas mucho más elevadas que lo que corresponden en general a nuestra posición en el mundo, el sexenio de transferencia se ha constatado con esta prueba experimental que es un claro revulsivo para incentivar la relación de la comunidad científica con la sociedad. Su consolidación con una correcta concreción y enfoque, nos puede ayudar a superar el déficit que como país tenemos en la transmisión del conocimiento a la sociedad pudiendo alcanzar en poco tiempo los estándares europeos y mundiales. Independientemente de los resultados y diferentes opiniones al respecto, el debate se ha instalado en la comunidad científica, lo cual ha permitido colocar la transferencia del conocimiento en el escenario, de manera que ya forma parte de la carrera académica y profesional de los investigadores.


El modelo conceptual aplicado, ha posibilitado la incorporación efectiva en la tercera misión universitaria de todos los ámbitos del saber. Desde el arte hasta la ingeniería pasando por la educación, las humanidades, la economía o el derecho, todos los investigadores se han visto reflejados, lo cual supone un paso de gigante para la incorporación efectiva de todo el capital humano del sistema español de ciencia y tecnología a la tarea de transmitir de manera proactiva su saber a la sociedad.

El protagonismo del lado más “humano” de la transferencia a través de la cultura o la divulgación científica en este modelo, lejos de diluir o alejar el objetivo de la transferencia del conocimiento hacia la creación de empleo y la mejora de la competitividad de nuestras empresas, va a promover el acercamiento de todos los ámbitos de saber a este objetivo. Como consecuencia, nuestro tejido empresarial podrá contar con mucho más “musculo” para enfrentarse a los retos del futuro.

Si caminamos en esta dirección podremos superar esta asignatura pendiente. Pero para ello nos tiene que acompañar la demanda de conocimiento. Nuestro tejido productivo tiene que ser mucho más consciente de la importancia del conocimiento para su futuro y esto es todavía otra asignatura pendiente.


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[i] 2018.Transferencia del Conocimiento: Nuevo Modelo para su Prestigio e Impulso. Informe de crue.


[ii] Universidad 2030. Preguntarnos qué universidad queremos dentro de diez años nos dirá que universidad queremos hoy. CRUE Universidades Españolas. Octubre 2020.


[iii] Hugo Pinto, Manuel Fernandez-Esquinas, Elvira Uyarra. (2015) “Universities and Knowledge-Intensive Business Services (KIBS) as Sources of Knowledge for Innovative Firms in Peripheral Regions”. Regional Studies 49, 1873-1891. Online publication date: 2-Nov-2015.


[iv] UEC 2019. La Universidad Española en Cifras. Perez, JA y Armenteros, J. Crue Universidades Españolas. 2020.


[v] Servicio de Estudios y Datos: Uceda, P y Mato, S. Observatorio de Datos: UEC, REBIUM, Sectorial I+D (RED OTRI) y Sectorial TIC. Crue Universidades Españolas. 2020.


[vi] 2018.Transferencia del Conocimiento: Nuevo Modelo para su Prestigio e Impulso. Informe de crue.